Societat Civil Balear cree alarmante la actitud desganada de los partidos constitucionalistas con representación en el Ayuntamiento de Palma a la hora de hacerle frente a la propuesta conjunta de Més y Unidas Podemos de cambiar el nombre de la plaza Joan Carles I. Conocemos las intenciones de rupturistas y populistas de extrema izquierda, resumidas en el intento de ir a golpear al Estado de derecho, sea para debilitar las instituciones buscando la desintegración de España o atacar la imagen de la Corona en un intento de acabar con la monarquía parlamentaria y colar la república por la puerta de atrás. Por ello desde Societat Civil Balear valoramos positivamente que Vox sea una excepción manteniendo con firmeza su rechazo a la propuesta.
¿Alguien en su sano juicio cree que la firmeza de Vox es una actitud propia de un partido de extrema derecha? ¿De verdad alguien se lo puede creer?
Argumentar que se trata de “una ocurrencia” o que “no es el momento” al encontrarnos en situación de grave crisis económica debido a la Covid-19, no parecen a ojos de la ciudadanía unos argumentos suficientemente claros sino más bien la muestra inequívoca de una peligrosa ambigüedad, o peor aún, de una debilidad inexplicable, llegando al extremo de que afirmar “no es el momento” o “es una ocurrencia” desorienta peligrosamente al vecino de la capital balear. De Més no hace falta añadir ningún comentario pues se le ve venir de lejos en su paranoica deriva rupturista. ¿Y Unidas Podemos?
Societat Civil Balear recuerda a los vecinos de Palma el carácter pernicioso de la pareja política formada por Alberto Jarabo y Sonia Vivas, capaces de instrumentalizar lo que haga falta como productos que son del populismo, y si antes de ayer le tocó a Sa Feixina, ayer a la estatua de San Júnipero Serra y ahora la plaza de Joan Carles I, ¿qué viene luego? ¿Medina Mayurka?
Lamentable en opinión de Societat Civil Balear que el PSIB-PSOE, que es un partido constitucionalista sobre el papel, no ejerza de necesario dique de contención para que la cordura quede a salvo, a pesar de este tripartito que gobierna Palma. El alcalde José Hila tiene un pasado preocupante en este sentido, apoyando el 2010 adaptar Sa Feixina como símbolo reconciliador y pocos años después apoyando de manera acrítica el espíritu de revancha de Més y Unidas Podemos reflejado en el intento de demoler el monolito.
Societat Civil Balear, ante la propuesta de cambio de nombre de la plaza Joan Carles I de Palma, cree que es el momento de pararles los pies a los rupturistas y populistas y entiende que en absoluto es una ocurrencia: es un ejemplo más del odio sistémico que alimenta a Més y a Unidas Podemos.